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Mostrando entradas de 2018

Con mi Educación no te metas.

Para los que pensaron que me iba a entrometer o rasgar las vestiduras por el mitin ideológico pro fujimorista, # ConMisHijosNoTeMetas , estaban equivocados. Siempre he sido respetuoso del derecho de los demás, siempre y cuando es bueno recordarles algunas cosas: Están mal informando a la población, están obstaculizando una política de estado que pretende enseñar con enfoque de genero con el único objetivo de educar con igualdad. Indudablemente hay muchos puntos que debatir en e ste tema, pero por hoy no me voy a detener en ese tema. Otras cositas antes de terminar: si tan bueno es el trabajo que ustedes piensan realizar (porque hasta ahora no veo nada tangible), por qué cada año tenemos más madres niñas, por qué el porcentaje VIH/SIDA sigue incrementándose en poblaciones menores de 21 años. ¿Dónde están cuando en Tarapoto hay violaciones, feminicidios, agresiones físicas y psicológicas a las mujeres y también a sus niños o niñas? ¡Ustedes que hablan la palabra del señor, es

Mi activismo LGTBI nació gracias a ti.

Entre tanta gente exponiendo sus cuerpos, sus rostros para llamar la atención, esperando sus likes para llenar el gran vacío que nos deja el sin sabor de no aprender a tener valor. Entre tanta gente y sin saber que pasaría después te elegí a ti. Fue un octubre de hace exactamente siete años, todo empezó con un simple ¡Hola!, eran las tres de la tarde de un día cualquiera de octubre, una de esas tardes que se llena de hastío y recurre a t i la nostalgia de estar acompañado, de sentirte vivo. Llegaste, te miré con mucha atención, eras un joven que gozaba locamente de la vida, sin sentido, sin rumbo, metalizado hasta los huesos, no me sentí culpable al pensar que eras una persona que se ganaba la vida vendiendo sexo. Octubre de 2018, no me queda más que el bonito recuerdo (hay que quedarse siempre con las cosas buenas) ha desaparecido casi todo, la lealtad, el respeto, los mensajes que cada mañana me llegaban al despertar, los mensajes al anochecer, mi sonrisa; solo que

Y al final te desnudas.

Y al final te desnudas... Es difícil sentarse y sincerarse. Difícil escribir o hablar de la vida; de mi vida, cuando las palabras no fluyen. Hay cosas que duelen y no sé cómo decirlas más que con una media sonrisa. No existen palabras que las saquen de mi alma. Las ideas se encuentran y los recuerdos las reflejan, pero no hay palabras. Sólo yo y mi memoria somos cómplices del vacío que me enreda y me oprime el pecho. A veces me gustaría gritarles a todos lo que siento, pero no me entenderían. Analizo cada cosa y suceso de mi vida. Busco esa astilla en mi corazón, pero es difícil. Difícil enfrentarme a mis peores pensamientos, a esa realidad que temo descubrir, que se puede encontrar belleza en el dolor. Buenas noches❤️

¡Corre Forrest, Forrest!

¡Corre Forrest, corre!  Ayer, mientras buscaba conciliar el sueño y después de leer un rato Rayuela, se me ocurrió ver una buena película ¿buena? Sí. ¡Qué difícil suena ese adjetivo en estos tiempos! Sino es Todo sobre mi madre, Casablanca, InterStelar o algunas por ahí, es siempre: “Corre Forrest, corre”; y así mi alma que siempre busca sosiego, ya sea corriendo, en alguna Guerra (no precisamente política), jugando tenis de mesa o en el amor, decidí ver por enésima vez Forres Gump, del aclamado Tom Hanks, Sally Field, Rony Wright, Gary Sinise y Mikelti Williamson (Bubba Blue).  Para esta cinta dirigida por Robert Zemeckis y ganadora de muchos premios a nivel mundial y de la cual Hanks se llevó más de 40 millones dólares de taquilla, es una oda a la amistad, a ella que desde los ojos de un hombre que siempre siguió órdenes y las hizo bien, comulga extraordinariamente en los gustos del cinéfilo creando un vínculo que va más allá de la cinta misma, Bubba Blue y el capitán Lieute

Gracias a todos y todas.

Me gusta cuando mi blog se dispara, gracias a todos mis lectores y hermanos peruanos, ucranianos, españoles, franceses, colombianos, argentinos, chilenos, estados unidenses, alemanes, irlandeses, franceses, italianos, rusos... ❤️🦉

En qué momento se jodió el Perú y el Seripigari

Cuando Mario Vargas Llosa, como lo pone en manifiesto en un prólogo de escrito por él en junio de 1998, en la ciudad de Londres (le gusta ser muy específico), que Conversación en la Catedral: “que ninguna novela le había dado tanto trabajo (la tuvo que rehacer más de diez veces); por eso, si tuviera que salvar del fuego una sola de las que he escrito, salvaría ésta”. Por esta vez no le haré fiesta a los análisis literarios de sus propias creaciones, puesto que Mario Vargas Llosa linda mucho entre su talento y el Ego; imagínate con sus hijos (que distan mucho de serlo) estuvieran en una embarcación a punto de naufragar, acaso socorriera y salvaría al que más problemas le dio. Lo dudo, y es que en verdad lo que escribimos se queda marcado en el alma, yo que no tengo ningún tatuaje imagino mi cuerpo tatuado con cada frase que escribí, con cada cuento, con cada historia. Ahora, justo hoy dos días antes de las elecciones luego de una menuda lluvia, en Tarapoto sale el sol y provoca

El cambio que esperas...

No siempre es necesario presumir por algo que los demás ven, pero, ¿de qué manera podríamos vender alguna característica tuya o nuestra, sin caer, en el viejo adjetivo que nos califica de presumidos, arrogantes o hasta egocentrista? Lo he pensado muchas veces, quizá una sola palabra o foto lo diga todo; hay gente que probablemente lo entienda y otras no. Que no te quite la gente el placer de vivir a tu manera, a avanzar de a pocos, que no te señale con el dedo orientándote el camino, sábete como el río, fluye, que todos inevitablemente llegaremos al mar. Estamos en épocas en las que de tener un precio es mucho más importante que tener valor, en épocas donde solo importa ver la flor, mas no sentir su aroma, en épocas en las que presumes todo sin tenerlo nada. Queremos un cambio, pero no queremos deconstruirnos para llegar a ello. Hacemos preguntas por todos lados, sin importar que el elemento fundamental es la respuesta crítica, la que no juzga pero si reconstruye, nos alimentam

Sobre el amor.

Lo que más nos jodía no era dar, sino recibir nada a cambio. Y volvemos siempre a lo mismo, a quedarnos mirando el techo cuando algo malo nos sucede, cuando sin pensar hemos caminado un largo trecho sucumbiendo en las locuras del amor. Sí, quien diga que alguna vez en su vida no se haya detenido a manifestar su preocupación por alguien, nos está mintiendo. Somos muy recurrentes al enamorarnos, no aprendemos, no evolucionamos, creemos en la firmeza de nuestras convicciones, ma s no en la de nuestro compañero y empiezan los celos, las pequeñas riñas y el inevitable fracaso, que viene con un rosario de reclamos, frustraciones y sufrimiento. Ayer hacía más frío que de costumbre en nuestra fría Lima y mi amiga y yo empezamos a hablar de cómo enfrentamos el amor a nuestras cuatro décadas; después de intercambiar algunos puntos de vista, lo que más nos jodía no era dar, sino recibir nada a cambio. Y es eso, no podemos amar a plenitud sino recibimos algo a cambio, una caricia, un mensa

El universo en tu mirada.

Me dice que es un espíritu malo porque es poco probable su muerte, yo lo miro, confabulando con el reloj, el tiempo que pasará conmigo. Sus historias contadas por él, no hacen otra cosa más que confirmar que nos hemos conocido en otra vida, me lo dice su calor, me lo descifra la armonía de sus palabras y la docilidad de sus labios.  Juega como un niño, revuelca entre las sábanas, esperanzado a que cualquier torpeza nos pueda tener en el limbo nuevamente; solo lo observo, aturdido aún porque las cosas por más complejas que parezcan, no existen cuando hay un momento (tan solo un momento) de dos personas sincronizadas en cuerpo y alma.  La charla se extiende, escuchamos música de los 80s, y aún sabiendo que mi elección tiene mucho de egoísta, decido no cambiarla, porque la idea, entre muchas otras cosas, es que yo la pase bien y si él también lo hace, mejor. Conversamos de todo y nada a la vez; entonces llega el momento de mirarnos fijamente a los ojos, ¡tiene vida, sí, bastante.

El amor no mata. ¡Te apuesto!

Bueno, hace exactamente un año a tras estuve preparando una exposición para algunos representantes de la comunidad LGTBI de América Latina y el Caribe, no recuerdo bien el tema, pero el 2017 visité casi toda Latinoamérica compartiendo experiencias propias y también desde mi sitial de autoridad, lo cual resulta contraproducente  con tu labor de activista pro derechos a todo. En fin. Resulta que hoy, estaba durmiendo y como siempre hasta en sueños sigo despierto, pensando en algunos libros, en reuniones, en amistades, en gente que dice quererte y a las finales es un mero formalismo, porque a la hora que ellos deciden buscar y vivir su felicidad te conviertes en una simple estadística, puesto que el dicho que reza, primero yo, después yo, y tercero yo, se convierte en unidireccional, que obviamente nos motiva a tratar la felicidad como una mercancía o un tesoro que debe ser conseguida; digo, pobre ilusos, la felicidad es un destello dentro de la oscuridad y no se busca, solo llega y se

Ave del Paraíso... ¿Amor o melancolía?

Es curioso sentir más que eso, melancolía... Son las ultimas palabras de una canción romántica. Quizá lo mío va por la misma cañería emocional, ya que puedo percibir aun las típicas corazonadas de perder a algo que realmente te roba o te da toda esa pasión que necesitas, en mi caso la literatura.  La casa donde yo vivo por decisión transitoria está rodeada de árboles frutales, que me dan sorpresas inconmensurables, ayer vi un grupo de monitos juguetones que curioseaban al rededor de la camioneta de uso familiar, hoy, mientras ojeaba algunos apuntes mientras esperaba el café de las cinco, vi un hermoso ejemplar de una de las aves más hermosas de la selva, vi un Tucán y no quiero exagerar de simbólico, tenía el pico color del arco iris. Tengo en mis manos un voluminoso ejemplar de un libro de una de mis escritoras preferidas, se llama (el libro: Ave del Paraíso) de Joyce Carol Oates y no hay ninguna referencia de los críticos que dejen de ponerse a sus pies. Si desde ya, leer y comp

Preparados, listos... ¡Corre, corre, Forest!

Tengo el escritorio un poco ocupado, tanto en su cuadriculada extensión, como en su subjetividad más estricta de saber que lo adquirí para sentarme rigurosamente a pensar y poder crear textos literarios para colgar en mi blog. Desde que me mudé me he vuelto un procastinador; pospongo todo, ensayos, análisis de lecturas, prioridades que para cualquiera son indudablemente una pérdida de tiempo.  Pero a Dios gracias, inevitablemente para mi no lo son.  He decidido empezar este 2018 con muchos planes, entre ellos está recuperar los ocho kilos que subí el año pasado, hacer más deportes, traer todos los proyectos que pueda para la ciudad en la que vivo, mejorar como ser humano y sobre todo dar mucho más con el compromiso que tengo hacia mi comunidad LGTBI; en fin, se que no es poco, pero lo haré. Empecé el año leyendo al que se convirtió en uno de mis escritores favoritos, Haruki Murakami, el libro “De qué hablo cuando hablo de correr” y vaya, me está gustando más de lo que pensé, m