No siempre es necesario presumir por algo que los demás ven, pero, ¿de qué manera podríamos vender alguna característica tuya o nuestra, sin caer, en el viejo adjetivo que nos califica de presumidos, arrogantes o hasta egocentrista? Lo he pensado muchas veces, quizá una sola palabra o foto lo diga todo; hay gente que probablemente lo entienda y otras no. Que no te quite la gente el placer de vivir a tu manera, a avanzar de a pocos, que no te señale con el dedo orientándote el camino, sábete como el río, fluye, que todos inevitablemente llegaremos al mar.
Estamos en épocas en las que de tener un precio es mucho más importante que tener valor, en épocas donde solo importa ver la flor, mas no sentir su aroma, en épocas en las que presumes todo sin tenerlo nada. Queremos un cambio, pero no queremos deconstruirnos para llegar a ello.
Hacemos preguntas por todos lados, sin importar que el elemento fundamental es la respuesta crítica, la que no juzga pero si reconstruye, nos alimentamos de ese morbo enaltecedor de hojas de vidas vacías, porque no aprendimos a vivir la nuestra, somos tan viles a veces que nuestro sentido de solidaridad se reduce a nosotros mismos, cuando debemos mirar al costado y ser solidario con tu compañera o compañero, aunque no te lo diga, pero un buen abrazo, un beso en la mejilla o un Te Quiero es un gran indicador de cómo está tu congénere. Seamos justos en la medida que nuestros actos reflejen juicios de valor que ayuden, el ser humano se juzga y se hace solo, nada más que la sociedad y las leyes están hechas para materializar castigos que el karma no los hace.
Bañémonos en amor, seamos solidarios y respetuosos, el cambio está por llegar, siempre y cuando empiece por cada uno de nosotros y pensando en los demás. #literatura #Ensayos #blog #Tarapoto
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