Es curioso sentir más que eso, melancolía... Son las ultimas palabras de una canción romántica. Quizá lo mío va por la misma cañería emocional, ya que puedo percibir aun las típicas corazonadas de perder a algo que realmente te roba o te da toda esa pasión que necesitas, en mi caso la literatura.
La casa donde yo vivo por decisión transitoria está rodeada de árboles frutales, que me dan sorpresas inconmensurables, ayer vi un grupo de monitos juguetones que curioseaban al rededor de la camioneta de uso familiar, hoy, mientras ojeaba algunos apuntes mientras esperaba el café de las cinco, vi un hermoso ejemplar de una de las aves más hermosas de la selva, vi un Tucán y no quiero exagerar de simbólico, tenía el pico color del arco iris. Tengo en mis manos un voluminoso ejemplar de un libro de una de mis escritoras preferidas, se llama (el libro: Ave del Paraíso) de Joyce Carol Oates y no hay ninguna referencia de los críticos que dejen de ponerse a sus pies. Si desde ya, leer y comprender con exactitud algún libro de la Oates es difícil, éste constituye para mi un nuevo sendero que tengo que explorar con la misma emoción que siento al cubrir una nueva ruta en bicicleta o caminando, o cuando al ver alguna sonrisa seductora mi corazón late a mil solo por la simple curiosidad quien es el dueño de aquel encanto.
Son pocas veces que, como ahora, que no rebusco en internet lo que contiene el libro, quiero descubrirlo poco a poco, desvirgarlo, que sea su primera vez y la mía, sin perder la emoción de una nueva aventura; lo observo, me devuelve la mirada su grosor, hay una niña de vestido azul en la escueta y sencilla carátula, está dedicada a Charlie Gross. Antes de la primera parte, la autora me da una sorpresa, hay una canción, una frase de la letra de una canción que se llama "Little bird of heaven" interpretada por Reeltime Travelers y dice:
Me dicen que el amor es algo frágil,
difícil es volar con alas rotas
perdí el billete hacia la tierra prometida
ave del paraíso que en mi mano reposa.
Bienvenidos al mundo de Carol Oates, ojalá disfruten de Ave del Paraíso...
Y me quedo con la canción, como cual ave que no puede volar con el corazón y las alas rotas.
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