“Cuando la vida parece observarse desde la otra esquina,
siempre se va mostrar esquiva inclusive a la realidad en la que se encuentra”.
Ella
es una chica hermosa, aún no sabe su camino, solo avanza a pie firme, le
alimentan los piropos, porque se sabe bella, le alimentan los likes porque se
sabe famosa, pero la vida es una humilde profecía que se va descifrando letra a
letra, como un difícil pergamino, indescriptible en su momento, como el viejo
libro de Melquiades, mientras avanzan los días, con ellos las horas, desfilando
por a tras los minutos y los segundos, puedes vivir millones de segundos, pero
solo una vida.
Leer
dicen que es bueno, ella no lee, pero aprende rápido, maneja muy bien su
léxico, quizá su experiencia universitaria o de sus concursos de reinas de
belleza, a veces las lentejuelas y los brillantes de fantasía barata terminan
por obnubilar a las féminas que no tienen las retinas lo suficientemente
fuertes, ni las neuronas en sinapsis perfectas, pero obvio no era su caso. Ella
era bonita e inteligente.
Dejémonos
de estereotipos que embrutecen a la gente, hablemos de la vida que se disgrega
como una suave lluvia en días, horas, minutos y segundos y todos hacen un arco
iris que al parecer tiene un inicio y un final. Es eso, la vida es un precioso arco iris, sin
principio ni final, una aventura y capricho de la naturaleza, nadie sabe con
certeza dónde está la olla lleno de monedas de oro, el tesoro quizá de la vida
eterna, el elixir de la naturaleza, el Don que Dios nos dio y nunca supimos qué
fue.
Volvamos
a ella, caminó muy rápido, vio horizontes lejanos y los alcanzó, vio cielos
inalcanzables y los tocó con las manos, se encontró corazones duros y los
ablandó, así como encontró corazones como algodones de azúcar y los volvió
duros como una tapia, y sin pensar en el Karma, ella siguió viviendo,
recorriendo el arco iris, sin saber si era por delante o por detrás, solo iba
de prisa.
Hay
días y días, noches y noches, a los que
observan bien, escuchan mejor y saben descifrar las señales, todo el pergamino
de la vida se les abre inmediato, son seres superiores e inéditos, no se
repiten nunca por su originalidad. Ella lo era. Se sentó a ojear su aún joven
cuaderno de vida y vio que tenía la ultima hoja. Cerró los ojos, dejó caer
quizá la única lágrima que derramó en su vida, a la que algunos pobladores
confundieron con una pequeña llovizna; inmediatamente después caer ésta, se
desplomó en cámara lenta, desde lo alto, en un lugar de la selva inconfesable,
totalmente perdido, en una espesura de la selva, cerca de una tribu que no
tiene nombre. Al caer al suelo, empezó a brotar suficiente agua y se formó una
laguna, los lugareños piensan que está
encantada porque en la orilla el agua se pinta de colores, como un arco iris.
Fin.
Ya
no hubo más piropos, desapareció de la tierra, y obvio, likes tampoco. Así es
la vida. Fin de todas maneras.
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