Día
dos y la inexistencia del futuro.
Imagino
que después de más de tres décadas, nuestra memoria es más que relativa. Trato
de darme un chapuzón en lo más profundo de mis recuerdos, encuentro mucho y a
la vez poco. Suspiros vagos de lo que fue una infancia hermosa, momentos en el
río shilcayo, música de los Bee Gees y ABBA y Los Tigres de Tarapoto, que supongo las escuché de mis tíos, tardes mágicas en el campo de los curas,
jugando fulbito o mezclándonos en la enmarañada hierba de los alrededores,
buscando conejos silvestres y por las noches a jugar a las escondidas, estudiar
un rato y después de un aterrador grito de mi abuela, a bañar para luego
dormir.
No
tenía ni la más mínima idea de lo que era el futuro, claro que comprendía con
exactitud que el futuro siempre era mañana y que era un tiempo más para
conjugar el verbo.
Bueno,
han sido tiempos hermosos, Tarapoto aún despertaba de muchos letargos, el
terrorismo avanzaba a paso firme y supongo que ahí, justo en esos momentos
murió la infancia de más de uno. No suelo vivir de recuerdos, sino de las cosas
que heredé gracias a la vida, mis amigos, mi familia, mis experiencias.
Ahora,
desde mi habitación escribo esta nota, observo en mi mesa de noche un reloj de pulsera,
dos muñecos de Star War, un polo de Curry, mi Ipad, un diario del Principito;
cada uno tiene su motivo de estar ahí, tiene su historia, su valor, he
aprendido a clasificar las cosas por las emociones que me dan y por los
sentimientos que me generan.
Ahora
han pasado exactamente 38 años, sigo teniendo los mismos gustos, he conservado
algunos pasatiempos y aumentado otros. Hoy es domingo y mi reproductor musical
deja fluir una canción de Nina Simone que me encanta, llegan algunos mensajes a
mi teléfono móvil, mis amigos me invitan a almorzar, pero conmigo hasta ahora
no va la comida de mar, intentaré comprar un libro más tarde, necesito saber
más. Solo quiero recordarles que hoy es el día dos de este blog; sé que todo es
relativo y que el futuro no existe, sino el mañana. Vuelvo a mis recuerdos y
solo encuentro belleza, ahí quisiera estar siempre, pero prefiero el hoy, con
todo y con nada, el hoy es lo mío y hay mucho por hacer.
Me quedo con: "Hoy es lo tuyo y hay mucho por hacer". Buen domingo Hermano.
ResponderEliminarManuel, me hiciste recordar muchas cosas de mi niñez. Los juegos, los paseos, los partidos de fulbito, etc. Cada uno tiene sus propias historias, y cada uno forja su futuro. Saludos y felicitaciones por tu blog.
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