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Poesía homoerótica




 

Mariposa cansada.

 

Vuelo despacio como si el viento me detuviera

Con lluvia bombardeando mis alas con gotas ácidas

Dicen que soy magia, busco un falo androceo y posar mis alas 

Beber de sus efluvios, sentirme satisfecha, fluida 

 

Paz y flora, flores de pétalos que rezan al cielo

Solo mi probóscide llega a sus entrañas,

Extraño placer que se diluye en el vuelo de una abeja

Mis alas coloridas son un concierto que presagian una maldición masculina

 

Mi fragilidad les jode, mi color les empaña, mi expresión y formas 

A menudo me extingo sin completar mi ciclo de vida

Vaya aberración ser una mezcla de animal y hada

Brillo porque quiero, vuelo porque puedo, libertad cortada

 

Ya no más néctar de flores falo céntricas.

Un fuerte disparo acaba con mi orgullo, fin de la alegría 

Caigo en el asfalto que me quema y aplasta

Un hada ha muerto, homofobia.

 

Soy una más ahora en la larga lista que espera justicia 

Me he reflejado en la pupila de algún niño

Un colorido recuerdo que no tiene leyes

Una palabra grave y un adjetivo masculino, triste ironía.



Marica y serrana. 


Yo, la preferida del chacal,
La reina del sindicato, 

Heredera de Collas y Lupacas, Digna, 

pero nunca de arrabal. 


Yo, más artística que nunca,
La del taco alto y dorado,
Me saco los aretes broca,
Antes de pelearme en el mercado. 


Yo, la que al viento da la cara, A la bofetada, al insulto,
A la mueca rara. 

Yo, la de piel cetrina,
Sangre huanca, mirada de cóndor, 


Yo, la marica y serrana. 



Abrazo lejano. 


Sentirías un abrazo si estuvieras lejano

Esos brazos amigos

Ese palpitar de hermanos

Que fueron forjados en silencio

 

Como las miradas idas

Y el verbo del tartamudo

El mundo gira

Con tu paso y el mío

 

Tuvieras un hombro donde reposar

Un regazo donde llorar

Una distancia que medir

Un vacío en el calendario

 

Sentirías mi abrazo tibio

Mis brazos temblorosos

Una condición divina

Que todo lo que fue alguna vez fue perfecto




Loto blanco. 


Anida mi cuerpo vacío

Sobre un loto blanco

La angustia explosiona incestuosa

Como si el desconsuelo fuera su gemelo

En discreta orgía entre el dolor y la sombra. 

 

Sangra mi cuerpo vacío, 

El alma se ha escapado

A una cima vertiginosa

Que crea una montaña donde el diablo oculta

Su tesoro más preciado

 

Los caballos galopan serenos empapados de lluvia

Con sus sombras alcahuetas de una luna que sangra cuartos menguantes rojos

Imposible la ironía en este cuerpo que desalmada se oculta bajo una piedra 

Con agujeros de universos donde habito solitario y distinto

 

Exagerada la ironía que trata de contarme una historia

Donde tengo el papel secundario, cargando el luto de una mariposa doblemente negra

Sus escamas sigilosas se entregan al viento, buscando un cuerpo vacío, cuya alma se ha escapado a dormir sobre un loto blanco. 




Aplausos nocturnos.


Quiero que aplaudas conmigo toda la noche

Romper el silencio

Opacar las estrellas

Derrochar lubricante

 

Quiero encender contigo el detonante de nuestro amor escondido

Que sientas el palpitar de ese músculo cavernoso 

Que la sangre fluya rápidamente y bombee nuestros corazones

Hasta estallar en espesos líquidos blancos

 

Sentir tu sudor como árbol de primavera

Bendita sabia que mezclamos con nuestros labios

Quiero cerrar mis ojos y volverme verano

Ver la pileta, beber de ella e intentar cambiarte por otro 

 

Quiero que aplaudas conmigo toda la noche por si te gusta el circo

Romper el silencio de esos catres viejos que hoy piden auxilio

Opacar las estrellas mientras jironeamos

Y que la lujuria se aburra de habernos puesto en el mismo camino. 

 


Pasaje García Calderón


Una gárgola ha caído del infierno porque le quema el rabo

Le he pedido que sea mi guía por el centro de Lima

Que me lleve a los antros y que me miren de reojito mientras desnudan mi alma

Quiero conocer el día, porque la noche ya la he ganado a pulso como un diablo.

 

El infierno no está abajo, está en los edificios grises que guardan burócratas urgidos de traseros que solo ven en redes sociales. 

Hay un pacto tácito entre el placer y el olvido, como en el meterla y sacarla

Luego ir a alguna iglesia, arrodillarme ante ese cristo semi desnudo, pedirle perdón sin arrepentirme. 

 

Quiero ir al García Calderón, escoger mi flete, entrar de la mano al paraíso y aunque les parezca gracioso, ahí también se peca, en dos, en tres o en cuatro versos. 

Los del frente se mueren de envidia, a pesar de ser de agua viva, algo se pudre junto al diezmo, tu no lo sabes, pero está cochina y con algo rima. 

 

Hagamos de la vida un poema

Hagamos el amor mientras los políticos nos matan

Con disparos, con transporte público o nos gasean con cortinas de humo

No hay mejor respuesta que morir tirando ramos de flores con las manos sangrantes. 

 

 

La gárgola se mimetiza con el asfalto, con el cemento, con el cielo gris y se bacila del caos, de la bulla que remece mi cerebro autista, artista, marginalizando cada palabra, cada sentimiento, enfrentando a la letra, que rica, con sangre entra. 

Aún así espero volver al paraíso, pecar y luego pedir perdón y elevarme entre las nubes, no me importa si me asfixio, total, ya de amor estoy muriendo. 

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